martes, 10 de noviembre de 2015

El arte del sarcófago egipcio refleja la conquista persa de Egipto

Un antiguo sarcófago egipcio con estrañas y poco profesionales decoraciones ha sido descubierto, sacando a la luz un tumultuoso periodo de la historia egipcia cuando el imperio persa controlaba esta región. En el año 525 a.C., el monarca persa Cambises II marchó hacia Menfis, la capital de Egipto, inaugurando el periodo de gobierno persa duró, en un primer momento, algo más de un siglo. El Imperio Persa era una vasta entidad que se extendía desde el río Indo y el Asia Central hasta la costa oeste de Turquía. Los textos antiguos indican que los reyes persas utilizaron artistas egipcios en los proyectos constructivos realizados en Persia y Elam. 

El sarcófago tiene una serie de características inusuales que probablemente están relacionadas con la marcha de los principales artistas egipcios a Persia. "Muchos de los mejores artistas egipcios fueron llevados por los persas a Persépolis y Susa como prisioneros y botín de guerra. Se puede ver su trabajo en esos lugares. Parece que hubo así una escasez de maestros durante algún tiempo, por lo que hubo menos artistas, así como un menor número de ellos consiguieron una formación adecuada", indicó Gayle Gibson, un egiptólogo del  de Toronto's Royal Ontario Museum. Gibson presentó el sarcófago en el Coloquio de Investigadores de la Sociedad para el Estudio de Antigüedades Egipcias que se celebró entre el 13 y el 16 de Noviembre de 2014 en Toronto. 

Existen varias extrañas características en el sarcófago que reflejan la falta de conocimiento que tenía el antiguo artista egipcio, afirmó Gibson. Por ejemplo, el difunto se muestra acostado en una cama funeraria, y la cama tiene un pájaro con cabeza humana llamado Ba. Volando sobre la persona fallecida está una serpiente alada que lleva una corona asociada con la diosa Hathor. Debajo de ellos hay cuatro tarros que llevan las cabezas de los cuatro hijos de Horus, aunque los tarros tienen un aspecto "ridículo", indicó Gibson. Para un egiptólogo se trata de una escena extraña, aseguró Gibson. "Esta es la única cama funeraria que conozco con una cabeza de Ba", espetó a la audiencia de Toronto, también señalando que "tenemos una serpiente alada con corona de Hathor - algo muy extraño".

Existen otras rarezas. El collar envuelto alrededor de la parte superior del ataúd contiene dos criaturas que parecen similares a un pez. El artista probablemente estaba tratando de dibujar halcones, uno de los símbolos del dios Horus, aunque los dibujó realmente mal, indicó Gibson. Una serpiente Mehen, una deidad protectora en el antiguo Egipto, también está mal dibujada y en realidad se detiene en un punto y se inicia en otro, algo extraño para una deidad protectora. "El artista no entiende realmente la finalidad de la serpiente Mehen", indicó Gibson. Mike Sigler, un entusiasta coleccionista de antigüedades egipcias que vive en Kentucky y ahora posee el sarcófago, envió una foto a la revista Live Science mostrando que el antiguo artista torpemente intentó corregir un error en un patrón alternativo tachando la imagen de un cetro.

Aunque no hay una momia en el sarcófago, sus inscripciones indican que pertenecía a alguien llamado Denit-ast o Dent-ast, probablemente una mujer. La datación por radiocarbono de su sarcófago indica que ella vivió en un periodo en el que su país estaba bajo control persa. Los textos antiguos narran relatos de la deportación de artistas egipcios a Persia durante esta época. Diodoro de Sicilia, que murió alrededor del año 30 a.C., relata que Cambises II, el conquistador de Egipto, llevó a Persia tanto metales preciosos como artistas de Egipto. Además, el rey persa Darío I se jactaba de los artistas egipcios que adquirió en un texto que describe la construcción de su palacio en Susa: "Los orfebres que trabajaron el oro, estos eran medos y egipcios. Los hombres que se ocupaban de la madera, estos eran lidios y egipcios... los hombres que adornaron la pared, estos eran medos y egipcios"

Gibson indicó a la audiencia de Toronto que cuando mostró el sarcófago en un primer momento a otros egiptólogos, algunos le expresaron su escepticismo y se preguntaron si era una falsificación creada por el propietario anterior a Sigler. Sin embargo, la datación por radiocarbono coloca el ataúd en el período persa y el análisis de su madera indica que se trata de sicómoro, una madera que se utilizaba comúnmente en el antiguo Egipto. Además, un análisis de los pigmentos azules del sarcófago indica que el pigmento era azul egipcio, lo que señala que el objeto es auténtico. 

Sigler compró el ataúd en agosto de 2013 en la galería Edgar L. Owen, que lo vendió en nombre de un coleccionista privado. Los documentos que Sigler recibió señalan que el coleccionista adquirió el sarcófago en el mercado de arte europeo en 1980. Su historia antes es completamente desconocida. Dada la reputación de Gibson, Sigler lo buscó y le pidió ayuda en la comprensión de las características extrañas del sarcófago. A pesar de ellas, Gibson cree que el sarcófago no es una falsificación: "Creo que en realidad no hay duda de que éste es auténtico". Sigler está interesado en donar el ataúd a un museo en el futuro. El análisis de los pigmentos y la madera fue llevado a cabo por el Microscopista William Randle, mientras que la datación por radiocarbono fue realizada en la Universidad de Georgia, en el Centro para la Aplicación de Estudios de Isótopos .





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