miércoles, 18 de noviembre de 2015

Experto habla sobre el uso de la pintura en las tumbas reales de Naqsh-e Rustam

El arqueólogo y miembro fundador de la Parsa and Pasargadae Research Foundation (PPRF), Mohammad-Taqi Atayi, reveló una serie de nuevos detalles sobre el sorprendente descubrimiento de los restos de pintura sobre la tumbas reales Aqueménidas de Naqsh-e Rustam. El descubrimiento fue realizado en el año 2003, cuando un grupo de expertos, que trabajaban en las tumbas, en particular en la de Darío, con el fin de limpiar las capas calcáreas surgidas en la superficie como consecuencia de la lluvia, se toparon con el hallazgo. La operación fue llevada a cabo por un equipo dirigido por el arqueólogo de la PPRF Hassan Rahsaz. 

De acuerdo con Atayi, no existen publicaciones anteriores que detallen el descubrimiento, quien mencionó: "Las letras de todas las inscripciones cuneiformes de la tumba de Darío presentan un color azulado y la mayoría de los bajorrelieves, en particular el bajorrelieve de Darío en su tumba de Naqsh-e Rustam, habían sido pintados. Por ejemplo, la barba y el bigote de Darío eran de un color añil en su bajorrelieve. Ya se sabía sobre el uso de los colores en los sitios Aqueménidas, así como en los bajorrelieves que representan a Darío en otros emplazamientos del imperio persa. En el bajorrelieve de Darío en Persépolis, la totalidad de la barba fue confeccionada con lapislázuli, aunque, por desgracia, fue saqueada por los macedonios. En el bajorrelieve de Darío en Naqsh-e Rustam se puede observar que Darío tiene el pelo pintado de negro; sus ojos son rojos y están enmarcados de negro; sus labios y sus zapatos son rojos y varios colores fueron utilizados para la colorear sus ropas"

Los arqueólogos han argumentado que algunos elementos pictóricos de la arquitectura de los monumentos de Naqsh-e Rustam poseen grandes similitudes con los motivos pictóricos utilizados en las estructuras de Persépolis. Según Atayi "el corredor de la tumba de Darío ha sido construido sobre la base de un plano similar al que se utilizó en los pasillos de Persépolis, de modo que podemos restaurar los corredores mediante un dibujo de las estructuras en un papel con los colores originales... La restauración de los colores puede ayudarnos a construir un plano de los pasillos y a imaginarnos, incluso, el aspecto original de Persépolis"

Entre los años 2004 y 2007 se inició un proyecto de investigación arqueológica como consecuencia de la inminente construcción de la presa de Sivand, lo que iba a conducir a la inundación del valle de Bolaghī, que alberga más de 130 sitios arqueológicos importantes. Los arqueólogos participantes en las excavaciones de rescate descubrieron varios muros antiguos cubiertos con una especie de pintura verde, que también se había utilizado en las estructuras de Persépolis. "Los colores, que habían sido utilizados sobre las piedras en la antigüedad, eran menos resistentes. El viento, la lluvia y las vibraciones pueden estropear los colores de los bajorrelieves y de las estructuras de Naqsh-e Rustam", señaló Atayi.

Naqsh-e Rustam

Una cruz roja rodeada con decoraciones negras y marcos en color azul

Pigmentos rojos y azules descubiertos en los labios, el bigote y la barba del relieve de Darío

Pigmentos rojos y negros del ojo de Darío

Pintura de color azul cubriendo las inscripciones cuneiformes

Pintura de color azul cubriendo las inscripciones cuneiformes

Pintura de color azul cubriendo las inscripciones cuneiformes

 Restos de color azul en la barba de Darío

martes, 10 de noviembre de 2015

El arte del sarcófago egipcio refleja la conquista persa de Egipto

Un antiguo sarcófago egipcio con estrañas y poco profesionales decoraciones ha sido descubierto, sacando a la luz un tumultuoso periodo de la historia egipcia cuando el imperio persa controlaba esta región. En el año 525 a.C., el monarca persa Cambises II marchó hacia Menfis, la capital de Egipto, inaugurando el periodo de gobierno persa duró, en un primer momento, algo más de un siglo. El Imperio Persa era una vasta entidad que se extendía desde el río Indo y el Asia Central hasta la costa oeste de Turquía. Los textos antiguos indican que los reyes persas utilizaron artistas egipcios en los proyectos constructivos realizados en Persia y Elam. 

El sarcófago tiene una serie de características inusuales que probablemente están relacionadas con la marcha de los principales artistas egipcios a Persia. "Muchos de los mejores artistas egipcios fueron llevados por los persas a Persépolis y Susa como prisioneros y botín de guerra. Se puede ver su trabajo en esos lugares. Parece que hubo así una escasez de maestros durante algún tiempo, por lo que hubo menos artistas, así como un menor número de ellos consiguieron una formación adecuada", indicó Gayle Gibson, un egiptólogo del  de Toronto's Royal Ontario Museum. Gibson presentó el sarcófago en el Coloquio de Investigadores de la Sociedad para el Estudio de Antigüedades Egipcias que se celebró entre el 13 y el 16 de Noviembre de 2014 en Toronto. 

Existen varias extrañas características en el sarcófago que reflejan la falta de conocimiento que tenía el antiguo artista egipcio, afirmó Gibson. Por ejemplo, el difunto se muestra acostado en una cama funeraria, y la cama tiene un pájaro con cabeza humana llamado Ba. Volando sobre la persona fallecida está una serpiente alada que lleva una corona asociada con la diosa Hathor. Debajo de ellos hay cuatro tarros que llevan las cabezas de los cuatro hijos de Horus, aunque los tarros tienen un aspecto "ridículo", indicó Gibson. Para un egiptólogo se trata de una escena extraña, aseguró Gibson. "Esta es la única cama funeraria que conozco con una cabeza de Ba", espetó a la audiencia de Toronto, también señalando que "tenemos una serpiente alada con corona de Hathor - algo muy extraño".

Existen otras rarezas. El collar envuelto alrededor de la parte superior del ataúd contiene dos criaturas que parecen similares a un pez. El artista probablemente estaba tratando de dibujar halcones, uno de los símbolos del dios Horus, aunque los dibujó realmente mal, indicó Gibson. Una serpiente Mehen, una deidad protectora en el antiguo Egipto, también está mal dibujada y en realidad se detiene en un punto y se inicia en otro, algo extraño para una deidad protectora. "El artista no entiende realmente la finalidad de la serpiente Mehen", indicó Gibson. Mike Sigler, un entusiasta coleccionista de antigüedades egipcias que vive en Kentucky y ahora posee el sarcófago, envió una foto a la revista Live Science mostrando que el antiguo artista torpemente intentó corregir un error en un patrón alternativo tachando la imagen de un cetro.

Aunque no hay una momia en el sarcófago, sus inscripciones indican que pertenecía a alguien llamado Denit-ast o Dent-ast, probablemente una mujer. La datación por radiocarbono de su sarcófago indica que ella vivió en un periodo en el que su país estaba bajo control persa. Los textos antiguos narran relatos de la deportación de artistas egipcios a Persia durante esta época. Diodoro de Sicilia, que murió alrededor del año 30 a.C., relata que Cambises II, el conquistador de Egipto, llevó a Persia tanto metales preciosos como artistas de Egipto. Además, el rey persa Darío I se jactaba de los artistas egipcios que adquirió en un texto que describe la construcción de su palacio en Susa: "Los orfebres que trabajaron el oro, estos eran medos y egipcios. Los hombres que se ocupaban de la madera, estos eran lidios y egipcios... los hombres que adornaron la pared, estos eran medos y egipcios"

Gibson indicó a la audiencia de Toronto que cuando mostró el sarcófago en un primer momento a otros egiptólogos, algunos le expresaron su escepticismo y se preguntaron si era una falsificación creada por el propietario anterior a Sigler. Sin embargo, la datación por radiocarbono coloca el ataúd en el período persa y el análisis de su madera indica que se trata de sicómoro, una madera que se utilizaba comúnmente en el antiguo Egipto. Además, un análisis de los pigmentos azules del sarcófago indica que el pigmento era azul egipcio, lo que señala que el objeto es auténtico. 

Sigler compró el ataúd en agosto de 2013 en la galería Edgar L. Owen, que lo vendió en nombre de un coleccionista privado. Los documentos que Sigler recibió señalan que el coleccionista adquirió el sarcófago en el mercado de arte europeo en 1980. Su historia antes es completamente desconocida. Dada la reputación de Gibson, Sigler lo buscó y le pidió ayuda en la comprensión de las características extrañas del sarcófago. A pesar de ellas, Gibson cree que el sarcófago no es una falsificación: "Creo que en realidad no hay duda de que éste es auténtico". Sigler está interesado en donar el ataúd a un museo en el futuro. El análisis de los pigmentos y la madera fue llevado a cabo por el Microscopista William Randle, mientras que la datación por radiocarbono fue realizada en la Universidad de Georgia, en el Centro para la Aplicación de Estudios de Isótopos .